Muchos perros tienen una obsesión con la comida, hasta el punto de que pueden llegar a comer su ración de pienso en segundos y sin masticar ni casi respirar.

Devorar la comida de esta forma puede provocarles hinchazón, atragantamientos, vómitos, sobrepeso e, incluso, dilatación gástrica. Asimismo, se trata de un problema que proviene de un trasfondo de estrés y ansiedad.

Para tranquilizar a tu perro, cuidar su salud y facilitar sus digestiones, existen los denominados comederos lentos para perros. Se trata de una de las mejores soluciones para evitar los atracones y, además, es muy sencilla y económica.

Los comederos lentos para perros son recipientes que incorporan barreras y diseños que dificultan el acceso a la comida. Esto provoca que nuestras mascotas tengan que emplear más tiempo en comer y mastiquen porciones más pequeñas.

Con todo, se mejora la digestión, se disminuye la acumulación de gases y se previenen otras enfermedades. Asimismo, estos comederos también funcionan como un rompecabezas, así que fomentan la estimulación mental.

De este modo, los comederos lentos pueden ser utilizados por cachorros y perros adultos, aunque están especialmente recomendados para aquellos que coman muy rápido o tengan trastornos digestivos.

Por contra, si tu perro sufre una ansiedad muy extrema y se frustra con el comedero lento, podría dañarse los dientes con las barreras del cuenco.

En el mercado puedes encontrar comederos lentos de distintos diseños. Algunos de los más comunes son con relieves, en forma de espiral, con un diseño de laberinto o hechos con silicona.

En realidad, no hay unos comederos lentos mejores que otros, por lo que te recomendamos que te guíes por las opiniones de otros consumidores o de un especialista. Al final, solo sabrás si el diseño elegido es el adecuado cuando tu perro lo pruebe.