¿Estarás fuera dos o tres semanas y no sabes qué hacer con tus compañeras verdes? No te angusties: hay varios trucos y estrategias que pueden hacer que el proceso sea menos estresante para nuestros amados vegetales.

Los momentos antes de partir de vacaciones suelen ser el último sprint de estrés previo al relajo. Orquestar los preparativos del viaje, más resolver los pendientes que quedan en el trabajo y la casa, no son momentos fáciles de sobrellevar. Uno que cada vez cobra más importancia tiene que ver con las plantas, porque a nuestras radiantes amigas, que adornan y dan vida a los rincones de nuestros hogares, les puede afectar que nos vayamos, sobre todo si el abandono llega o supera las tres semanas. Conversamos con algunas especialistas para conseguir que nuestra ausencia no sea tan traumática para ellas.

Carolina Fernández, Macarena Navia y Karen Campos son tres amigas apasionadas por la jardinería, y que buscan enseñar la ciencia detrás de las plantas. Así crearon Ciencia del florecer en 2018, un espacio en el que crean, comentan e instruyen sobre este fascinante mundo verde.

Aunque en su proyecto hablan de todo tipo de especies, también tienen mucho que decir respecto a las plantas de interior y qué hacer con ellas si uno deja la casa o el departamento por varias semanas.

“En primer lugar, tienes que ver qué plantas tienes”, comienza explicando Campos. “Por ejemplo, hay algunas que son delicadas y llegaron hace muy poco a Chile, como los pictus o el pink princess, que son plantas caras, de colección. Esas no pueden estar dos semanas sin supervisión”, señala. “Es imposible”, recalca Maca.

“También hay otras, como las calateas, marantas, stromanthes, alocasias o las orquídeas, que están súper de moda, y que sería riesgoso tenerlas dos o tres semanas sin supervisión. Son especies que necesitan más monitoreo en cuanto al riego”, profundiza.

Conocer tus plantas, y entender de qué especie son, te puede dar nociones para entender lo que realmente necesita, ya sea el tipo de sustrato, la cantidad de luz o la frecuencia del riego. Tenerlas identificadas también es otro punto importante para agruparlas según requerimientos hídricos, que es uno de los consejos que profundizaremos más adelante.

Lo primero, cree Wilma Borchers, fundadora de El Jardín de Irenee, es pensar tener certeza del tiempo que durarán vacaciones fuera de casa. “Si es una semana o menos, no debiese ser mayor problema”, dice. Aunque muchos piensen lo contrario, lo cierto es que las plantas mueren más fácilmente por exceso de agua que por falta de esta. O sea, resisten más el déficit de riego que el superávit.

Por eso, la recomendación de Borchers es a no exagerar. “No te expongas a sobre regar tus plantas, que puede pasar por alguna amiga o familiar que te ayude en casa. En caso de que te vayas por dos semanas o más, ahí es muy importante regar el día anterior a la partida. “Un riego bien profundo ayudará a mantenerlas hidratadas por varios días”, asegura.

Otro punto importante que destacan Navia y Campos es la revisión de los sustratos, que es el nombre técnico que recibe el suelo de la planta. “Las personas se olvidan o no avierguan, y se quedan con el sustrato que viene del vivero”, señalan las chicas de Ciencia del Florecer. ¿Cuál es el problema? “Ese es un sustrato de transición, y su composición es solo tierra o compost de hojas. “El problema que tiene este sustrato es su mala gestión del agua para la planta”, puntualizan.

La recomendación después de un tiempo, en especial si nos vamos de vacaciones, es trasplantar al sustrato que corresponde. “Si tiene los componentes correctos, debería durar entre un año y medio y dos años, más o menos. Eso depende netamente del riego, porque es el agua la que va disminuyendo y desgastando la característica física del sustrato”, analizan.

Cambiarlo con esta periodicidad es importante, porque de otra forma el sustrato se aprieta, lo que puede tener dos consecuencias opuestas: o retiene demasiado la humedad, lo que es capaz de pudrir la planta; o bien no retenga casi nada de ella, drenando casi toda el agua y haciendo que la planta se seque”, advierten.

En resumen, revisar la calidad del sustrato la semana antes de partir es relevante para no volver a un cementerio de plantas.

“Si tienes plantas de interior que están dispersas por la casa, puedes tratar de agruparlas y acercarlas”, sugiere Borchers. “Estar juntas les ayuda a mantener una mayor humedad ambiental”. Pero no es llegar y reunirlas en cualquier lugar de la casa: antes hay que considerar el siguiente punto:

“En ausencia de luz la planta hace menos fotosíntesis, o de frentón no la hace; y si hay menos fotosíntesis, gasta mucha menos agua”, analizan desde la Ciencia del Florecer. Por lo mismo, si por dos semanas nadie podrá ir a regarlas, con este tipo de exposición implica que podrán sobrevivir sin mucha dificultad.

“Si tu casa está super soleada, necesitarás regar con mayor periodicidad que en una casa más bien húmeda o sombría. Eso vas a tener que tomarlo en cuenta si decides dejarlas solas o bien si alguien te ayudará con el riego en tu ausencia”, puntualiza Borchers.

Hace un tiempo, me tocó cuidar las plantas de una amiga que se encontraba de viaje. Cuando fui a regar por primera vez, me di cuenta de que su helecho estaba infestado de pulgones. Desde lejos, se veía como si la planta tuviese caspa, pero cuando te acercabas, veías a estos pequeños invasores blancos caminando por las hojas crespas.

“Hay que revisar que estén bien antes de abandonarlas”, dice Navia y Campos. “Que estén sanas y en buenas condiciones, porque si tienen plagas, la planta difícilmente va a aguantar esas dos o tres semanas sin intervención”.

“Si va alguien a regar, lo importante es preparar las cosas para que esta persona no se equivoque y haga todo lo mejor posible”, señalan desde Ciencia del Florecer. Una estrategia, para evitar errores, es la de agrupar por requerimiento hídrico. “Aquellas que tú sabes que ocupan el agua muy rápido, o es más probable que requieran de riego, déjalas juntas con una nota. Mientras que las que se demoran más, como las suculentas, probablemente no les va a tocar riego en la visita”, apuntan.

“Dejar indicaciones por escrito también es importante. Por ejemplo, pedir usar la técnica del palito —que consiste en pinchar el sustrato con una rama o palo de helado para ver si está húmedo o seco— y así chequear si se necesita o no riego”, añaden.

Regaderas o jarrones con los que sueles regar también son importantes de dejar a mano, “para que la persona no tenga que andar buscando. Es bueno ser amable con quienes te están haciendo este favor”, opinan.

¿Cuántas veces tendría que ir alguien a regar, idealmente? Wilma Borchers comenta que no todas las plantas necesitan la misma cantidad de agua ni la misma periodicidad de riego, pero se podría estimar que una buena frecuencia sería “cada 3 o 5 días en casas calurosas, y cada 5 a 7 días en hogares un tanto más húmedos”, asegura.

Si vas de vacaciones por dos o tres semanas, y no va nadie a ver a tus plantitas, lo que sugieren las chicas de Ciencia del Florecer es un riego profundo en la tina o ducha. “La noche anterior, nos llevamos todas las plantas a la ducha y les damos un buen riego abundante. Las dejamos empapadas”, cuentan.

Esta técnica, eso sí, se recomienda en verano y no en épocas más frías, porque es más probable que pueda aparecer un hongo por la humedad. “Con el calor, el agua se evapora más rápido”, cuentan.

Ya que estamos atravesando altas temperaturas, nuestras plantas puede que pidan agua un poco antes de lo habitual. Para evitar la evaporación, todas las especialistar recomiendan recubrir con mulch. “La maceta queda más húmeda más tiempo y el uso del agua depende solo de la planta”, comentan Karen y Maca, sobre todo cuando la ausencia es larga, ya que “ayudar a disminuir la tasa de pérdidas de agua”. Eso sí, para invierno, hay que tener cuidado porque puede favorecer pudriciones.

No son las esferas del dragón, sino que las de hidrogel y pueden ser el factor sorpresa que necesita tu jardinera. Según comenta Borchers, este es un gel retenedor de agua que está “diseñado para ahorrar agua en el jardín, huerta o interior, y libera el agua en la medida que la planta lo requiere”.

“Te va a servir para no desperdiciar agua y retenerla en el periodo de tus vacaciones, pero también te ayudará durante toda su vida útil, porque dura casi 5 años en buenas condiciones”, agrega y menciona que “puedes ahorrar hasta un 80% de agua de riego”.

Según explica Wilma, este tipo de maceteros funcionan con un depósito situado en el fondo, que debe llenarse de agua, y a medida que la planta, lo necesite comenzará a ser regada a través de un proceso conocido como capilaridad. “Según el requerimiento hídrico de la planta, el depósito puede durar entre 2 a 4 semanas”, explica.

“Incluso hay macetas autorregantes que se pueden conectar mediante una app al teléfono, la cuál te avisa cuando está por vaciar el contenedor y necesitas volver a llenar”, cuenta.

“Se pueden conectar a una bomba, temporizador o programador, los cuales se dejan listos para funcionar en el horario y durante el tiempo que tú estimes conveniente”, comenta Borchers. Recalca que hay algunos que también se pueden controlar con el teléfono a distancia sin problemas.

Hace rato que en el mercado existen pequeñas llaves que se conectan a botellas con las que puede hacer un sistema de goteo más rudimentario. Karen Campos considera que esta no es una buena práctica, y tiene que ver con la utilización de botellas plásticas para el goteo, porque a pesar de que sea a una frecuencia deseada, al ir perdiendo agua, la presión disminuye. “Al inicio tienes harta presión, pero después vas teniendo menos. Uno calcula la frecuencia de goteo, pero a los dos tres días ya no gotea igual. Entonces o la planta te queda muy mojada o muy seca”, señala.

Este es un viejo truco conocido por los más “vivarachos” en el mundo de la jardinería. Las chicas de la Ciencia del Florecer recibieron muchas fotos de sus seguidoras, quienes lo hacían con las plantas que tenían en la oficina en plena pandemia, cuando los permisos eran restrictivos.

“No es un mito pero hay que escoger bien el material de la cuerda, ya que no todas absorben el agua”, analiza Wilma. Karen recomienda usar trapillo o una polera vieja como el hilo conductor, que debe ser sí o sí de algodón. Además de esto, necesitas un frasco grande, como una olla o una fuente y agua. “Se coloca un extremo de la cuerda en el recipiente, que debe ubicarse en una superficie alta, y el otro en la tierra del macetero”, explica Borchers. Por lo que la imagen final es como si tus plantas estuvieran conectadas a una matrix.

“Como se mueve por capilaridad, no tienes tanto riesgo a quedarte corto”, agrega Karen y Maca agrega que el detalle es que el recipiente elegido sea grande, “porque se puede evaporar con el calor de la casa”.

Y también al llegar a casa. Es una forma de entregar nutrientes a la planta antes de ser abandonada. “Siempre usamos productos orgánicos y agroecológicos”, comentan desde Ciencia del Florecer, siendo uno de sus favoritos el Nuba. “Es un tope de línea, 10/10″, describe.

Las chicas de Ciencia del Florecer estarán prontamente en Viña del Mar haciendo cursos el próximo 18 y 19 de febrero. Para más información de los talleres puedes visitar su cuenta de Instagram @cienciadelflorecer.

Wilma sugiere ir más allá de revisar. Para evitar la aparición de plagas en este periodo de ausencia, sobre todo en tiempos como estos, el consejo es aplicar de forma preventiva. “En periodos de calor extremos y bajo porcentaje de humedad ambiental, suelen aparecer la mayor cantidad de enemigos”, comenta, por lo que esta aplicación preventiva de plaguicidas “ayudará a evitar grandes dolores de cabeza”.

Sus favoritos contra plagas en interior y jardín son Chetak, de Whenua, y el Asedio de Horticultura Chile. “Ambos son 100% orgánicos, seguros en caso de plantas de huerto (para consumo) y seguro para niños y mascotas, además de inocuos para polinizadores benéficos”, recomienda.

*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 8 de febrero de 2023. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.

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