Fetiches sexuales: ¿cuáles son los más comunes y los más raros? - Gente - Cultura - ELTIEMPO.COM

2023-02-22 17:39:52 By : Ms. Maggie Ding

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El fetichismo se considera, por lo general, una práctica inofensiva. Aunque no en todos los casos.

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En la variedad está el placer, ¿o no? Si no que lo digan las personas que no temen arriesgarse, probar cosas nuevas, dejarlo todo en la cama y cumplir hasta sus más oscuros deseos en la intimidad. Cuando se trata de romper las reglas, salir del molde y desear toda clase de escenarios posibles en el encuentro sexual, los colombianos han demostrado estar a la vanguardia. Al menos, así lo dejó ver un estudio realizado por la aplicación móvil para citas extramatrimoniales Gleeden, en 2021, que encuestó a más de 16 mil usuarios para conocer si tenían fetiches sexuales. Los resultados sorprendieron: el 60 por ciento respondió que sí -en su mayoría hombres-.

Aunque no es una revelación que se ande ventilando por las calles, la realidad es que los fetiches sexuales, definidos por la Real Academia de la Lengua Española como una “desviación sexual que consiste en fijar alguna parte del cuerpo humano o alguna prenda relacionada con él como objeto de la excitación y el deseo”, son más comunes de lo que se cree.

El fetichismo es un tipo de excitación o atracción sexual hacia objetos inanimados, partes del cuerpo no genitales o situaciones concretas.

(Lea también: ¿Es verdad que cuando se ‘pierde la virginidad’ cambia el cuerpo?). 

Mientras que unos los persiguen de manera obsesiva, hasta el punto de afectar su salud mental; otros los sueñan, desean y cumplen en el marco del bienestar y el placer. A continuación algunos de los más comunes y raros.

Si bien las poses tradicionales del sexo brindan placer, algunas parejas deciden ir más allá y llevar consigo invitados muy especiales a la cama. No, no estamos hablando de los tríos -que también se suman a la lista de fetiches más comunes-, sino de los juguetes sexuales, productos que pasaron de adquirirse por encomienda de manera anónima a hacer parte del arsenal sexual de cada vez más personas. De acuerdo con la revista ‘Men's Health’, los juguetes sexuales hacen mucho más que aumentar el placer sexual: permiten a la pareja experimentar nuevas sensaciones y experiencias, facilitan el orgasmo, irrumpen de manera positiva en la rutina sexual y, como si fuera poco, juegan un papel decisivo en las preliminares del encuentro al contribuir a la penetración.

(Siga leyendo: Estos son los olores y colores que despiertan y aumentan el deseo sexual). 

Si usted no tiene ningún juguete sexual esperándolo en su casa, de seguro debe conocer a alguien que sí, no en vano se ha convertido en un mercado con una demanda en aumento. Para 2020, por ejemplo, la revista ‘Forbes’ señaló que la venta de este tipo de artículos eróticos despegó durante la cuarentena: en algunas sex shop (tiendas de productos sexuales) las compras aumentaron más de un 100 por ciento.

Usar los juguetes eróticos en pareja tiene múltiples beneficios: permite conocer mejor el cuerpo propio y el de la pareja.

Y la tendencia, lejos de disminuir, va a seguir aumentando: según previsiones de Statista, portal de estadística en línea alemán, se espera que el mercado mundial de juguetes sexuales crezca alrededor de un 9 por ciento entre 2019 y 2026, pasando de aproximadamente 28.640 millones de dólares estadounidenses a unos 52.700 millones de dólares en ese periodo de tiempo. Si usted es de los que desea sumarse a la práctica de este fetiche, la revista femenina ‘Cosmopolitan’ recomienda hacer uso de vibradores eléctricos, succionadores de clítoris, consoladores con calor y gel estimulante.

Los tríos son uno de los deseos sexuales más comunes, de acuerdo con el diario español ‘ABC’, pero también uno de los más complejos de llevar a cabo. Como la palabra lo indica, consiste en agregar una tercera persona al encuentro íntimo para añadir tensión sexual, aumentar el deseo y salir de la rutina. En un estudio (2020) realizado por el investigador sexual Justin Lehmiller, del instituto Kinsey, se entrevistaron a más de cuatro mil estadounidenses para indagar sobre sus fetiches sexuales. Sorprendentemente, el trío se posicionó como el deseo más apetecido.

(De interés: Fantasías sexuales: recomendaciones para cumplirlas sin fallar en el intento). 

Cuando le preguntaron al investigador el motivo por el cual el trío se había antepuesto a otro tipo de fantasías sexuales, Lehmiller contestó: “Se deriva del Coolidge, que es la idea de que tendemos a aburrirnos de las rutinas sexuales y necesitamos introducir novedades para mantener la excitación y la excitación. El sexo grupal es una de las formas en que las personas pueden introducir fácilmente la novedad que anhelan”.

Para hacer un trío se requiere un trabajo emocional personal y de pareja.

Decirlo es mucho más fácil que hacerlo. Para llevarlo a cabo, la sexóloga Ana Lombardía advierte a la revista ‘Women’s Health’ que todas las personas involucradas en el trío deben desear hacerlo. Cuando se trata de cumplir este fetiche, no hay espacio para los temores, las reticencias o el miedo. La revista ‘Cosmopolitan’, por su parte, recomienda relajarse antes del encuentro, asegurarse que la cama -o el sitio- es suficientemente grande para tres personas, mantener la mente abierta, asegurar el consentimiento en cada movimiento, tener a la mano preservativos y, entre otras cosas, apostar por amenizar el ambiente con música o juegos eróticos.

Entre los cientos de materiales, texturas y diseños que existen, hay quienes se sienten atraídos por las prendas de látex. Este fetiche material, tan común como exótico, puede resultar altamente excitante por dos razones: adherencia y alerta. De acuerdo con la red online ‘Cienradios’, a los fetichistas del látex este material les permite sentirse seguros y protegidos, por un lado, y alerta ante el mundo sexual exótico, por el otro. Son, además, prendas que exploran el fetichismo, se inmiscuyen en el erotismo y, en ocasiones, hasta resultan creativas.

(Puede leer: Las lesiones o accidentes sexuales más comunes, según encuesta). 

Para las personas que experimentan esta fantasía, el objeto de deseo gira alrededor de la ropa de látex. Bien sea para vestirla, interactuar con personas que la visten o solamente observar las piezas de ropa en sí mismas, este fetiche ha adquirido gran acogida en la sociedad sexualizada.

En este tipo de fetichismo, el objeto de deseo gira alrededor de la ropa de látex.

Dentro de esta práctica es muy habitual el vacuum bed, un dispositivo en el que se pone a una persona entre dos láminas de látex unidas por un marco y, luego, se utiliza una aspiradora para eliminar el aire entre las sábanas e inmovilizar al individuo con el objetivo de jugar y experimentar todo tipo de sensaciones. “A mí, por ejemplo, me gusta mucho convertirme en una especie de objeto", señala Bernat, un joven catalán que contó su experiencia con el fetichismo del látex al periódico español ‘El Nacional’.

El listado de los fetiches más raros está encabezado por la somnofilia, un tipo de parafilia -fantasías sexuales de tipo excitatorio que implican objetos inanimados, niños o adultos que no consienten, o el sufrimiento o la humillación de uno mismo o de la pareja, según el manual de diagnóstico y terapia MSD-, en la que la excitación sexual proviene de una sola cosa: una persona dormida. El portal ‘Sexperto’ advierte que en la somnofilia la fuente de placer es un individuo que duerme. Y, como todo en la vida, existe variedad. Por un lado, están los que alcanzan el placer sexual con la contemplación, otros que recurren a la masturbación y unos más que sienten la necesidad de mantener relaciones sexuales aunque la otra persona esté totalmente inconsciente.

La somnofilia puede ir desde la mera excitación o la masturbación hasta la práctica del acto sexual con la persona que duerme.

(Además: Algunos consejos para mejorar la vida sexual, según la ciencia). 

Cuando se está en un estado de sueño REM -a cuarta y última etapa del sueño-, el cuerpo del hombre puede experimentar tumescencia peneal nocturna o erección espontánea del pene; mientras que las mujeres son propensas a desarrollar erección del clítoris, lo que favorece la penetración y masturbación. Al tener relaciones sexuales con una persona en estado de inconsciencia, parece que los límites y el consentimiento se desdibujan. Ante esto, ‘Psychology Today’ explica que a menudo la somnofilia se discute en el contexto del abuso sexual; “sin embargo, dado que el interés por la somnófilo no consensuado es menos común que el de tipo consensual, esto sugiere que la somnófilo, en general, puede no ser necesariamente indicativo de una propensión a la delincuencia sexual”.

Dentro de las parafilias, la necrofilia es, junto a la pedifilia, uno de los fetiches sexuales que más rechazo y temor causan. El Manual DSM-V -la herramienta taxonómica y diagnóstica publicada por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría- la define como “otro trastorno parafílico específico, que implica un interés sexual intenso y recurrente por los cadáveres”. En otras palabras, la necrofilia implica un aumento en el deseo sexual ante la contemplación, contacto, mutilación o evocación mental de un cadáver. La Enciclopedia de Medicina Legal y Forense explica que existe un alto espectro de necrófilos, desde aquellos que simplemente quieren lamer los genitales de una persona muerta hasta personas que devoran partes específicas y otros que serían capaces de comerse un cuerpo entero.

(Le puede interesar: ¿Por qué las personas gimen durante el sexo?). 

La RAE define la necrifilia como una erversión sexual de quien trata de obtener el placer erótico con cadáveres.

Los síntomas de la necrofilia, por lo general, incluyen incapacidad para relacionarse con los vivos, fascinación con los malos olores, insensibilidad e interés por la muerte. Así lo advierte el portal de información médica y especializada ‘Medigoo’.

A la lista de fetiches perturbadores se suma la coprofilia, una práctica fetichista en la que el excremento funge como protagonista del deseo sexual. Según explica el portal especializado ‘Psiquiatría’, consiste en la atracción hacia el olor, sabor, tacto y contemplación del acto de defecar. Sin duda, es una de las parafilias más conocidas, pero también de las menos comprendidas y con mayor estigma. De acuerdo con el grupo de salud Est-Free, las personas con este tipo de deseos sexuales obtienen placer de actos como, por ejemplo, defecar sobre sus parejas sexuales, frotar las heces de la otra persona por todo su cuerpo, usar pañal y evacuar en él, y ver pornografía tipo scat -saborear las heces-, aunque no necesariamente la pongan en práctica -aunque podrían-.

La corpofilia se puede presentar de muchas maneras. Una de ellas, ingiriendo heces.

La sexóloga Elena Crespi comenta en diálogo con el medio ‘Código Nuevo’ que, por lo general, la coprofilia se asocia a roles de dominación. “La presencia de heces u orina en el juego sexual no implica directamente una fijación por ella. A veces es más el morbo de la situación o la excitación que pueda producir ver a otra persona realizando un acto tan íntimo como defecar que ya se relaciona más con el voyeurismo”, detalla la especialista.

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